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18/11/2024

Bubble Bobble

El Bubble Bobble es un juego de plataformas clásico de 1986 creado originalmente para las máquinas recreativas. En el, uno o dos jugadores (fue de los primeros juegos en permitir dos jugadores de forma simultánea) encarnaban a los hermanos Bub y Bob, unos chavales convertidos en dinosaurios por el malvado Super Drunk, un pillastre que, para más inri, les había raptado a las novias. Su creador, Fukio Mitsuji, eligió la temática de burbujas porque las asociaba con algo inocente y buen rollista.

(La verdad, yo me imaginaba otra cosa de alguien llamado SUPER DRUNK)

El juego consistía en 100 niveles (que se dice pronto) en los que debíamos acabar con todos los enemigos para pasar a la siguiente pantalla. Para ello, nuestros protagonistas eran capaces de lanzar burbujas por la boca (¿eructos de jabón?) con las que atrapar a los malos y, una vez atrapados, acabar con ellos reventándolas (con la parte de arriba del personaje que era la que tenía pinchos). Si la burbuja se rompía por sí sola, lo que conseguías era cabrear al malo, que a partir de entonces enrojecía y corría más. Estas burbujas también podían ser empleadas como plataformas para que Bub y Bob saltaran más alto y llegaran a lugares inaccesibles. El juego era colaborativo y, a menudo, debías saltar sobre las burbujas de tu compañero.


Además de un elevado número de niveles, el Bubble Bobble destacaba por la enorme variedad de objetos disponibles que dejaban caer los enemigos: frutas y comida que te daban puntos, mejoras de velocidad de movimiento, de las burbujas (cadencia de fuego, alcance, etc), paraguas que te permitían saltar varios niveles, puertas de acceso a niveles secretos y otras burbujas que contenían diversas sorpresas.

También existían numerosos niveles secretos a los que se llegaba si el Jugador 1 lograba pasarse no sé cuantos niveles sin perder vidas. En la máquina de arcade se podían completar ciertas secuencias de movimientos con la palanca (ojo, antes de haber siquiera echado la moneda) y te daban ventajas en juego.

Por último, el juego fue pionero en que tenía no uno sino tres finales distintos dependiendo de si jugabas en solitario o con un compañero. Como veis, para ser un juego cuqui de plataformas tenía una rejugabilidad enorme gracias a todos los secretos que podías destripar. 

Como está mandado, el juego dio lugar a muchísimas secuelas pero solo comentaré una.

RAINBOW ISLANDS

La estética de este juego, aunque igualmente cuqui, era tan diferente que no supe hasta años más tarde que era la segunda parte del Bubble Bobble a pesar de tener ambos juegos para el Amiga. Aquí llevabas a un chaval (Bub, después de haberse quitado el encantamiento que le convertía en dinosaurio) que disparaba arco iris que, además de matar enemigos, podían emplearse de puentes o echarlos abajo saltando encima. A diferencia de su predecesor, aquí los niveles eran de scroll vertical y considerablemente menos pero mucho más largos: siete islas, cada una dividida en varias fases. Las islas tenían diversas temáticas (insectos, guerra, terror…) y al final de cada una nos aguardaba algún mega-monstruo con malas intenciones. Nunca he oído a mi hermano jurar más alto que cuando llegaba al final de la Isla del Terror y se enfrentaba a un Drácula gigante que le solía dar muchos problemas. Hay que decir a favor de su tesón que al final se lo cargó mientras que yo fui incapaz.

El Rainbow Islands también tenía una enorme cantidad de objetos para recoger, los más valiosos de los cuales eran unas pociones que incrementaban el número y la velocidad de los arcoíris que lanzábamos. Tuvo su propia serie de secuelas iniciando una nueva serie. 

2 comentarios:

  1. Un clasicazo el Bubble Bobble. En su día lo jugamos en las recreativas pero sobre todo en la versión de la NES, donde nos hinchamos a jugar a dobles.

    Como anécdota, hace años me regalaron una portátil con aspecto de Game Boy pero con un porrón de juegos de la NES en memoria. Bueno, pues todavía me echo una partida al Bubble Bobble de vez en cuando ;-)

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  2. Que juegazo, que de horas jugando con mi hermano en el amstrad. Un grande

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