El Tetris, a día de hoy, es el juego más jugado de la historia.
(Meditad sobre ello)
A estas alturas es difícil que alguien no sepa de qué va uno de los pocos juegos que tiene hasta expresiones populares ("Hacer un Tetris" llenando el maletero o metiéndose diez o doce en un ascensor o aquella de "Te quiero más que a la ficha larga del Tetris"). No obstante, como el objetivo de este blog es instruir deleitando vamos a dedicar unas líneas a desasnar al personal.
(En la versión original de Spectrum lo de que te dijera qué ficha venía a continuación había que desbloquearlo con un truco)
El Tetris consiste en ir colocando tetrominós aleatorios a medida que caen de forma que vayan completando líneas sin huecos. Un tetrominó es una figura geométrica compuesta por cuatro cuadrados unidos ortogonalmente por sus lados. Solo hay siete tetrominós posibles, correspondientes a otras tantas fichas del Tetris. El propio nombre Tetris viene de tetrominó.
Semejante idea se le ocurrió al soviético Alexey Pajitnov (por eso la estética ruso-soviética del juego) en los años ochenta creando un pequeño videojuego que se distribuyó por algunos países del este sin pena ni gloria. La gloria le llegaría cuando Henk Rogers, un ojeador de Nintendo que se dedicaba a buscar videojuegos por convenciones, se fijó en él. Con todo lo sencillo que era, el Tetris resultaba enormemente adictivo y Rogers hizo todo lo posible por venderle la moto al presidente de Nintendo, Hiroshi Yamauchi.
-Señor Yamauchi, tengo aquí lo que creo que es el mejor juego de todos los tiempos y esto nos va a traer dinero a espuertas.
En efecto, los directivos de Nintendo no se impresionaron en absoluto ante aquel juego de piececitas de colores. No obstante, aceptaron crear una pequeña tirada aunque solo fuera por tener contento a Henks (la felicidad de los empleados es lo que mueve las decisiones de las grandes empresas, todo el mundo lo sabe).
En las navidades de 1988 salieron al mercado 70.000 copias del Tetris (un juego se consideraba un éxito cuando vendía por encima de 100.000) que terminaron siendo dos millones con todas las tiendas pidiendo más como locos.
Henks marchó entonces a la Unión Soviética a hacerse con los derechos del juego. Hablamos de la Rusia Soviética de los años ochenta, la de la Guerra Fría, el telón de acero y el partido comunista. En un país así, todo estaba controlado a un nivel demencial, con lo que imaginad la cara de los chicos de la KGB cuando un estadounidense se les plantó sin anunciarse ni nada en la Madre Rusia pidiendo hablar con alguien sobre los derechos de un videojuego. La KGB no estaba segura de si Ronald Reagan era cada vez más retorcido en sus planes o si, en cambio, le había dado un parraque y empezaba a chochear.
La historia tuvo un final feliz y, en lugar de acabar tragando agua en el fondo del Volga, Henks se hizo amigo de Pajitnov, consiguió los derechos (y menos mal, porque a ver cómo devolvía la pasta si no se los daban) y todos felices. Buena parte de todo esto se debió a que en Rusia nadie tenía ni idea de lo que Henks estaba hablando originalmente, aunque tuvieron una batalla legal considerable cuando se dieron cuenta de la pasta que había implicada.
Otra gran idea de Henks fue incluir el Tetris con la Game Boy. Los de Nintendo, naturalmente, le mandaron al diablo porque querían meter el Super Mario, el juego insignia de la compañía, pero Henks les dijo muy sabiamente:
-Si metéis el Super Mario, le venderéis la Game Boy a los niños. Pero si metéis el Tetris, le venderéis la Game Boy A TODO EL MUNDO.
Y volvió a tener razón. Algunos años más tarde, Henks y Pajitnov fundarían la Tetris Company para gestionar los derechos del juego y forrarse de mala manera.
Amén.
Su planteamiento, a pesar de ser muy sencillo, lo hacía muy adictivo para cualquier público (¡incluso mi hermana jugó!). Y lo más importante, que a pesar de tanto tiempo, no ha envejecido nada.
ResponderEliminarEn definitiva, un clásico que, por cierto, cumple 40 años.
Gran juego, mítico. Y gran historia. Pero te falta un protagonista que merece la pena estar aunque suela ponersele de malo del cuento. Robert Stein que descubrió el juego en manos de un estudio húngaro (a los que explotaba con alegria), que fue a la URRSS a por el primer contrato del juego que vendió a Mirrorsoft en UK y a Spectrum holobites en USA, los que hicieron las versiones de ordenadores domésticos como esa de spectrum y consiguieron que Henks lo descubriera y lo moviera de verdad.
ResponderEliminarToda una historia.
Buen apunte. Lo cierto es que el artículo está basado en un artículo de una revista donde sólo salía esta parte y, al documentarme, más o menos me salió lo mismo. Pero da para precuela, desde luego. Gracias por el apunte.
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